Paulo Dybala es un pibe nacido en Laguna Larga, Córdoba, tiene 17 años y es tal vez uno de los mejores proyectos que tiene el futbol argentino. Está vinculado a “la gloria” desde los 10 años, hasta que desde la quinta saltó a primera. Una historia transparente hasta que los empresarios del futbol se cruzaron en su camino.
El año pasado la directiva de Instituto recibió una propuesta del grupo inglés Pencilhill, acercado por el empresario Gustavo Mascardi, para adquirir a Dybala y a otro jugador Nicolás López Macri en 3,5 millones de euros.
Lo cierto es que los jugadores jamás dieron su aprobación a la venta. Actualmente se encuentra en marcha una auditoría para evaluar la autenticidad de los papeles.
Lo que viene a denunciar el representante de Dybala es algo gravísimo. Es que cual si fuera un grupo mafioso, se encuentra amenazado de muerte, junto a su familia, y presionado para que Paulo Dybala acepte la venta realizada el año pasado y se cierre el negocio.
Hay que escuchar a Peirone “Quiero dejar aclarado que en esta cuestión nada tendrían que ver los barras ni hinchas, sino dirigentes del fútbol y empresarios también vinculados al ambiente del futbol”
“Algunos dirigentes del fútbol y empresarios del ambiente intentaron torcer la voluntad de Paulo a través de varias estrategias, que fueron infructuosas. Comenzaron a presionar sin importar cuál era la decisión tomada por él y dicha presión decayó también sobre mi y sobre la familia”
“Como no dieron rédito esas presiones, comenzaron a intimidarme, a amenazarme de muerte. Pero lo que no puedo soportar es que se metan con mi familia. Todo está en manos de mis abogados y de la Justicia. Y según tengo entendido ha avanzado bastante bien la investigación”
El representante del Jugador vive ahora con custodia policial. Los dirigentes de Instituto mantienen silencio de radio, muy parecido al que guardaron cuando los barras cruzaron el micro de los jugadores que venían de perder en Corrientes y les amenazaron que si no ascienden “habría balas para todos”
No solo los barrabravas son los violentos en el futbol, el caso Dybala muestra una de las caras del negocio de los empresarios del futbol, cuando hay millones de por medio.
En la foto Dybala y su representante.
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